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La yerba mate orgánica lleva ese nombre debido a que desde el momento de su plantación hasta su procesamiento, no se expone a agrodefensivos o productos químicos. Su estacionamiento es 100 % natural; sin la utilización de cámaras artificiales. De esta manera, la yerba conserva todos los nutrientes y propiedades, con alta calidad y la inocuidad necesaria para la comercialización. (Deisy Sicjar)*
Actualmente, en nuestro país se produce yerba orgánica, apreciada por la ausencia de acidez en el gusto y por el sabor balanceado que presenta. La característica de este tipo de yerba es que conserva los nutrientes y propiedades en un 100 %. Es decir, que se mantienen sus 196 componentes activos, 25 vitaminas y minerales, 18 aminoácidos y 11 polifenoles, entre los que se identifica la vitamina E, el antioxidante más conocido y que beneficia la salud del consumidor.
DIFUSIÓN
El Paraguay no ha desarrollado un mercado orgánico y natural, porque sencillamente nunca se tuvo como opción en las góndolas de los supermercados. En el mercado orgánico, el precio deja de ser lo más importante, donde la fuerza de las compras no representa una ventaja competitiva. Es decir, que los valores de productos orgánicos varían notablemente frente a aquellos convencionales. El desafío está en incorporar la cultura de la compra y exhibición de productos orgánicos en los comercios, para que sean fáciles de encontrar. Es necesario ofrecer al consumidor un producto saludable, para comprender sus beneficios y su impacto en la sociedad y el ambiente.
ÍNDICES DE PRODUCCIÓN
La producción de la yerba mate orgánica es inferior a la convencional, debido a los mecanismos de elaboración y el tiempo óptimo de cosecha. Asimismo, se busca producir calidad y no cantidad para exportar a países como Europa, Estados Unidos y países árabes. La cosecha en los yerbales convencionales se inicia hacia al cuarto año, mientras que en los yerbales orgánicos esta práctica se efectúa al séptimo u octavo año. En este tiempo recién alcanza un rendimiento comercial aceptable.
PERÍODO DE COSECHA
Se extiende desde marzo hasta octubre. Actualmente y de manera generalizada, se realiza todos los años pero en algunas épocas, por disposiciones reglamentarias, se efectuaban cada dos años. Esta modalidad también se aplica a los yerbales en recuperación.
Se extraen principalmente las hojas maduras con ramas; luego se seleccionan, enviando al “secadero” las de diámetro más pequeño y se descartan las de mayor grosor. (Este proceso se denomina “quiebra”).
La cosecha se realiza con tijera y serruchos, o directamente a mano (en este caso se arrancan brotes con ramitas aún verdes, de menor diámetro, y a esta operación se la llama “viruteo”).
LABORES POSCOSECHA
Posteriormente, las hojas cosechadas se transportan en lienzos plásticos (ponchadas), desde el campo al secadero. En el lugar se realiza el zapecado, que permite evitar la degradación biológica del material verde y detiene la oxidación de sustancias. Esto debe realizarse antes de las 24 horas posteriores a la cosecha. El zapecado consiste en un secado rápido en torno a 30 segundos, donde el material verde pasa directamente a las llamas.
Después del zapecado, la yerba mate ingresa al proceso de secado que, mediante aire caliente, elimina el resto de la humedad, hasta llegar a valores de 4 a 6 % del peso verde original.
Luego se pasa a la etapa de canchado, donde se muele y tritura la yerba para obtener trozos de aproximadamente 1 cm. A partir de ahí, se puede embolsar y estacionar en bolsas de 50 kg, durante 6 y 24 meses.
Los procesos finales son la molienda y el envasado. En la molienda, la yerba pasa por sucesivas operaciones de zarandeo, trituración y mezcla. En esta etapa se clasifica la yerba y se la limpia de materias extrañas como semillas, ramas, entre otros residuos para envasar adecuadamente y llegar al consumidor final.
(*) Directiva de Jerovia
Por ABC Rural
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