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Una de las mayores preocupaciones de los gobiernos del mundo, es cómo satisfacer la demanda actual y futura de alimentos; cómo reducir la desnutrición a la que se enfrentan numerosos países del planeta. Varios estudios avalan este escenario y exteriorizan la gravedad de la situación. Por ejemplo, un estudio publicado en la revista “Proceedings” de la Academia Nacional de Ciencias (National Academy of Sciences) de EE.UU., concluye que las necesidades mundiales de alimentos podrían duplicarse de aquí al año 2050; al igual que las emisiones de gases de efecto invernadero provenientes de la agricultura y ganadería, si es que continúan las tendencias y modelos actuales de producción de alimentos. (Ing. Agr. Fernando Díaz Shenker)*

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Tomemos una estimación más concreta: La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) estima que la producción de alimentos tendrá que aumentar por lo menos un 70% de aquí a 2050 cuando la población mundial alcanzará los 9.100 millones de personas. Pero, ¿a qué nos enfrentamos?

LA REALIDAD

En términos generales, el planeta enfrenta una marcada pérdida de sus recursos naturales, de los suelos productivos, de las fuentes de agua, de las reservas forestales, de la diversidad de especies, con una intensificación de los efectos del cambio climático. Si bien existen experiencias que confirman que con la tecnología y la biotecnología ha sido posible obtener muy buenos rendimientos por unidad de superficie, excelentes ejemplares bovinos de carne y leche, así como de otras especies, ello se ha logrado en muchos casos a expensas de deteriorar y de dañar el ambiente. En Paraguay se presenta esta situación tanto en la Región Oriental como en la Occidental. Solo basta acceder a los informes de los organismos internacionales y de algunas oenegés ambientalistas. El afán de asegurar la alimentación de la población, que se confunde con la codicia de algunos que solo aspira a obtener dinero, se enfrenta al deterioro grave e irreversible del ambiente. Pero existen alternativas accesibles para los países.

OPCIONES

La idea central de toda estrategia productiva sustentable debería tener en cuenta la siguiente relación: producir con eficiencia y aumentar la productividad, pero preservando el ambiente; evitando la contaminación del agua, del suelo y del aire. Es por eso, que organismos e instituciones de varios países llevan a cabo acciones de educación y extensión, que en definitiva pretenden que se produzca más pero con sensibilidad hacia el ambiente; sin afectar los recursos naturales; respetando a los pueblos originarios allí existentes y aplicando los principios de la agricultura de conservación (AC).

AGRICULTURA DE CONSERVACIÓN

La aplicación de este enfoque productivo tiene varios beneficios agronómicos para el suelo: mejora su estructura, la aireación y circulación del agua, el tenor de materia orgánica, todo lo cual ayuda a elevar la productividad. Desde el punto de vista ambiental, hay una disminución de la erosión o del riesgo de su aparición, una mayor biodiversidad, particularmente de la microflora y microfauna que habita en el suelo y se favorece la captura del anhídrido carbónico atmosférico, contribuyendo a mitigar los efectos del cambio climático. La clave está en el buen manejo agronómico del suelo, que haga posible aumentar la productividad tanto agrícola como pecuaria, pero de una manera sustentable y con sensibilidad hacia el ambiente.

CONCLUSIÓN

Si bien la producción con este enfoque es posible, se requiere de capacitación a los productores, de profesionales con vocación de servicio, de recursos para la acción y, sobre todo, de voluntad nacional para introducir estos cambios. Fernando Andrade, del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), afirmó que el gran desafío de producir más cuidando el ambiente requiere de una muy sólida estructura científico-tecnológica, de medidas adecuadas de gobierno y de educación ambiental de la población. En síntesis: la realidad actual y las estimaciones a futuro obligan a trabajar con eficiencia y efectividad, dejando ya de lado la improvisación, la incompetencia y los discursos.

(*) Especialista en Comunicación Rural

 

 

Por ABC Rural

Fuente: ABC Rural