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Informaciones de fuentes confiables indican que inversionistas uruguayos disponen en el Chaco paraguayo de más de un millón de hectáreas en desarrollos productivos. La información pone énfasis en el término “productivos” porque la idea es tomar distancia de cualquier maniobra especulativa inmobiliaria, tal como ocurría décadas atrás. Ahondando en el tema, se informa que dos indicadores –bajo precio de la tierra y presión tributaria liviana- obran como poderosos estimulantes a la inversión en desarrollos agroganaderos en el Chaco.

A partir de allí es cuando el interesado en invertir debe poner su parte para marcar la diferencia. Al parecer, los uruguayos ya lo están haciendo y como consecuencia de ello, obtienen índices de rentabilidad, en términos de dólares por hectárea, substancialmente mayores que en su país de origen.

Este proceso ya lo hemos estado señalando durante casi dos años, a fin de dejar bien en claro que uno de los pilares de la producción agropecuaria, el Chaco, tiene un gran futuro por delante como escenario de generación de riqueza. La región Occidental necesita mucha inversión en infraestructura.

Más del 60% de la ganadería de exportación sale de allí, así como la mayor parte de la producción láctea que ha creado un mercado antaño inexistente y lo ha conservado a fuerza de calidad, precios competitivos y sostenido crecimiento. Para que el Chaco ingrese definitivamente al siglo XXI es necesario convertir la ruta Transchaco, hoy apenas una delgada línea asfáltica-, en una supercarretera que nos conecte con los puertos del Pacífico a través de Bolivia y Chile.

Otras rutas, como la que une Puerto Militar –frente a Concepcióncon Pozo Colorado, y la que conecta las colonias menonitas con la provincia de Formosa y Salta, son vías de circulación de bienes y servicios imprescindibles. Un sólo acueducto no será suficiente pues de la disposición de agua abundante dependerá la instalación de frigoríficos, para los cuales no faltan proyectos. Y hará falta, también, concesionar el aeropuerto de Mariscal Estigarribia a fin de convertirlo a futuro en un hub de envidiable equidistancia a destinos de primer orden a nivel regional, además del centro de mantenimiento internacional que muchos ya han propuesto.

El horizonte de crecimiento del Chaco es virtualmente ilimitado. Los actores naturales de la economía paraguaya –ganaderos, industriales, comerciantes y prestadores de servicios- deben comenzar a actuar con visión de futuro, creando el clima de inversiones que haga apetecible y rentable volcar recursos al Paraguay. ¿Cómo? Subiendo la apuesta y redoblando inversiones. El Gobierno ya empezó con su lanzamiento de bonos en capitales latinoamericanas y en Estados Unidos.

¿Qué sigue ahora?

 

Fuente: 5días